¿Y si ya estuvieras aplicando Legal Service Design sin darte cuenta?
Descubre cómo muchos abogados ya aplican Legal Service Design sin saberlo y cómo estructurar esta habilidad puede transformar su práctica.
René Correa Perez
2/22/20253 min read


El abogado como diseñador intuitivo de soluciones
Imagina a un abogado en su rutina diaria. Un cliente entra a su oficina con una situación legal compleja: un contrato problemático, un litigio en puerta, o una negociación tensa. Antes de dar una respuesta, el abogado escucha, hace preguntas para entender el contexto, analiza los intereses en juego y adapta su estrategia según la situación específica. Este proceso, que parece natural en la práctica jurídica, es en esencia una aplicación del Design Thinking, una metodología que se usa en el Legal Service Design para diseñar servicios jurídicos más eficaces y centrados en el usuario.
Sin embargo, la diferencia está en que cuando estos principios se aplican de forma estructurada, pueden potenciar la comprensión del problema del cliente y mejorar la claridad de la solución jurídica.
Pensamiento de diseño y derecho: un concepto más cercano de lo que parece
El Design Thinking es una metodología de resolución de problemas basada en la empatía, la experimentación y la iteración. Se compone de cinco fases principales:
Empatizar: Comprender a fondo la experiencia y necesidad del usuario.
Definir: Identificar con claridad el problema real que se debe resolver.
Idear: Generar posibles soluciones innovadoras.
Prototipar: Construir representaciones tangibles de las soluciones.
Testear: Validar y mejorar la solución con base en la retroalimentación.
Si trasladamos esto al derecho, podemos notar que muchos abogados ya aplican estas etapas de forma intuitiva, aunque no lo llamen "pensamiento de diseño".
Ejemplos de cómo los abogados ya aplican el Design Thinking sin saberlo
Un abogado litigante entrevistando a su cliente para entender la situación, sus necesidades y preocupaciones (Empatizar).
Un abogado corporativo analizando una operación compleja, identificando los riesgos críticos y definiendo el problema legal central (Definir).
Un equipo legal proponiendo diferentes estrategias de defensa o negociación, evaluando escenarios y probando opciones antes de actuar (Idear y Prototipar).
Un abogado que mejora su contrato basado en la experiencia de casos previos, afinando cláusulas para evitar futuras disputas (Testear y ajustar).
Lo interesante es que cuando este proceso se hace conscientemente y de manera estructurada, se puede mejorar la calidad del análisis y la eficacia de las soluciones jurídicas.
La observación como clave del ejercicio jurídico
Uno de los pilares del Legal Service Design es la capacidad de observación y empatía. Esto no significa sólo escuchar al cliente, sino comprender su problema en su totalidad: sus emociones, sus objetivos, sus restricciones y su contexto real.
Cuando los abogados enfocan su trabajo desde esta perspectiva, no solo ven un "caso legal" sino un problema humano con dimensiones jurídicas. Y esta diferencia cambia por completo la manera de ofrecer soluciones.
Un abogado que desarrolla esta habilidad:
Entiende más claramente el problema legal.
Encuentra soluciones más alineadas con el cliente.
Mejora la comunicación con su cliente y con otras partes.
Diseña estrategias legales más efectivas y personalizadas.
Aplicación práctica: un ejercicio para potenciar la observación y empatía
Te propongo un ejercicio simple para aplicar el Legal Service Design en tu práctica diaria:
Toma un caso o situación que estés gestionando en este momento.
Pregúntate: ¿realmente he entendido lo que necesita el cliente o solo el problema legal?
Trata de describir la situación desde la perspectiva del cliente.
¿Cuál es su preocupación real?
¿Cuáles son las consecuencias para él?
¿Cómo se siente respecto a la situación?
Piensa en una forma de mejorar la comunicación o la solución para que sea más clara y alineada con su necesidad.
Conclusión: no es revolución, es claridad
El Legal Service Design no busca reinventar el derecho ni hacer que los abogados se conviertan en diseñadores, sino ayudarles a comprender mejor a sus clientes y a estructurar sus servicios de manera más efectiva. Muchos abogados ya lo aplican sin darse cuenta, pero al hacerlo de forma intencional pueden mejorar la calidad de su práctica y la relación con sus clientes.
Así que la próxima vez que te enfrentes a un caso, recuerda que tu rol no es solo el de jurista, sino también el de observador y diseñador de soluciones.
¿Listo para aplicar este enfoque en tu práctica diaria?